Desde la fundación de Colliers International Colombia hace más de 20 años, realizamos actividades de responsabilidad social enfocadas a ayudar a comunidades que se encontraban en una situación difícil y que dentro de su filosofía se encontraba inmerso el concepto de autosostenibilidad. Nos encontramos con muchas familias, nos sumamos a ayudar a la Fundación Formemos y la Asociación Colombiana de Deportistas Trasplantados ACODET. Con estas comunidades nos encontrábamos en diferentes iniciativas, realizábamos donaciones para sus actividades, vendíamos sus productos de manera interna para poder recaudar fondos y aunque hacíamos mucho, siempre quedábamos con la incapacidad de hacer más, de impactar de manera integral estas comunidades y sus familias.
A finales del año 2018, en una de las familias que hacen parte de Colliers International Colombia, la esposa de uno de nuestros colaboradores, muy cercana a nuestra organización fue diagnosticada con una enfermedad compleja, como es costumbre empezamos a pensar en cómo ayudar, qué hacer, pero con un sentimiento de desesperanza que se puede traducir en impotencia en no poder cambiar la situación, las acciones no eran significativas, realizamos una misa por la salud de esta familia y enviamos un detalle. Todo cambió cuando esta mujer, cargada de una energía que pocas veces se encuentra en alguien, se encontraba con emociones distintas a lo que sentíamos nosotros por la situación que ella vivía, nos comentó que LA GRATITUD había transformado su vida y nos solicitó de manera textual que debíamos agradecer por la vida, una solicitud que nos sorprendió, ella se había dedicado a agradecer para hacer felices a los demás, con este mensaje y la solicitud comprendimos que NO EXPRESAR LA GRATITUD ES COMO TENER UN REGALO ENVUELTO Y NO ENTREGARLO.
Buscamos una comunidad que ayudará a llevar este mensaje y en la búsqueda encontramos a la Comunidad Nuestra Señora de la Visitación en Apartado Antioquía, una comunidad que por medio de la fe y la oración daba gracias a las personas que las apoyaban en su proyecto de llevar fe a el municipio en que estaban localizadas, vimos como poco a poco mensajes como la esperanza, la fe, el agradecimiento, la empatía, la alegría y la simple capacidad de ayudar a otros sin esperar nada a cambio se podía llamar GRATITUD, comprendimos que debíamos cambiar el mensaje de llevar lo que hacía falta por enseñar a los demás a ser agradecidos.
Es así, como a finales del año de 2018, nos unimos más de 300 almas y con total GRATITUD por la vida y las cosas que nos pasan, reunimos fuerzas y empezamos una Red de personas que comparten está emoción, juntos empezamos a tocar vidas, recaudamos fondos vendiendo una manilla con el mensaje de gratitud, realizamos diferentes actividades que lograban convertir la gratitud en fondos para ayudar a comunidades, comenzamos a apoyar a nuevos emprendedores y empezamos esta gran aventura.